Conforme se va acercando el frío vamos utilizando la caldera de manera más intensiva. En otoño utilizamos más agua caliente y cuando llega el invierno encendemos la calefacción.
Para evitar averías y un consumo excesivo por mal funcionamiento se debe hacer una revisión de la caldera y llevar a cabo las labores de mantenimiento necesarias. Por otra parte, no debemos olvidar que es obligatorio cumplir con una serie de revisiones para verificar el óptimo estado de la caldera.
¿CADA CUÁNTO TIEMPO DEBO REVISAR MI CALDERA?
La legislación vigente, en concreto el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (Real Decreto 1027/2007, donde se recoge la Directiva 2002/91/CE sobre eficiencia energética de los edificios) indica que el mantenimiento y la revisión de las calderas de gas, incluyendo la caldera de condensación, que tengan una potencia igual o inferior a 70kW, es decir, la mayoría de calderas domésticas, se debe realizar cada dos años. Con anterioridad la normativa obligaba a revisiones anuales.
Por otra parte, los calentadores de agua, es decir, los que solo producen agua caliente pero no calefacción, se deben revisar cada cinco años.
¿QUIÉN PUEDE REALIZAR LA REVISIÓN?
En climaofertas recomendamos tener en cuenta que no es obligatorio realizar la revisión con la compañía que nos suministra el gas. Cada usuario puede contratar el servicio técnico de mantenimiento con la empresa que desee. Eso sí, siempre debe tratarse de un técnico autorizado. Otra posibilidad es solicitar la revisión al fabricante de la propia caldera, que también contará con dicho servicio.
La revisión tiene un coste que debe asumir el propietario de la caldera. El precio puede variar mucho de unas empresas a otras. Por ese motivo conviene pedir varios presupuestos antes de contratar un servicio.
Como término medio, los fabricantes de calderas y las empresas comercializadoras de suministro de gas suelen cobrar un precio medio que ronda los 100 euros. En general, los técnicos autorizados independientes suelen ser más económicos, con unos precios en torno a los 45 euros.
Como usuarios, conviene valorar ambas opciones antes de tomar una decisión.
Por otra parte, muchas comercializadoras incluyen en el precio de su servicio una revisión y mantenimiento anual. Hay que valorar si el coste económico es rentable y preguntar si incluye ciertas cosas, como las piezas de recambio.
Finalmente, hay que tener presente que este tipo de servicio se paga anualmente, si bien la revisión obligatoria es cada dos años. Por tanto, habrá que hacer cálculos para saber cuál es la mejor opción para nuestra caldera.
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