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11 Junio 2014 Aire acondicionado

Nuevo impuesto sobre el aire acondicionado: ¿quién y cómo debe pagarlo?

Nuevo impuesto sobre el aire acondicionado: ¿quién y cómo debe pagarlo?

La aprobación del impuesto sobre los gases fluorados de efecto invernadero, que entró en vigor el 1 de enero de este mismo año, ha puesto en alerta a todos aquellos consumidores de equipos de aire acondicionado que, posiblemente, no acaban de tener muy claro a quién corresponde el pago de esta nueva tasa.

Convirtiéndose en una medida excepcional para recaudar fondos y frenar el calentamiento atmosférico, el impuesto puede llegar a quintuplicar el precio de la recarga de un equipo de aire acondicionado doméstico, si éste no pertenece a la nueva generación de aparatos refrigeradores. Conoce de primera mano el interior de esta normativa tributaria y descubre qué actores del proceso de fabricación y venta están obligados a sufragar el impuesto.

¿QUIÉN ESTÁ SUJETO AL PAGO DE LA TASA?

Como bien indica la normativa, el gravamen sobre los gases fluorados que se utilizan para la fabricación y el buen funcionamiento de algunos artículos, como los aerosoles o los equipos de aire acondicionado, recae sobre aquellas personas que compran estas sustancias. Esto significa que tanto los fabricantes como los empresarios que revenden los gases son los encargados de asumir la totalidad del impuesto, dejando al margen a las personas que se disponen a comprar aire acondicionado en cualquiera de sus tiendas habituales.

En función del potencial de calentamiento atmosférico que presente cada gas, éste estará sujeto o no al tipo impositivo, consiguiendo así penalizar la emisión de gases contaminantes con el fin de proteger el medio ambiente. Para su presentación, tanto fabricantes como empresarios directamente implicados en el pago deberán presentar el formulario 587, liquidando así el impuesto que refleja la Ley 16/2013, de 29 de octubre (Puedes ver la Ley aquí).

¿CÓMO AFECTA ESTA MEDIDA AL CONSUMIDOR?

Siempre que el cliente se dirija a comprar un aire acondicionado de nueva generación, cuyos equipos ya están adaptados a las normativas medioambientales, éste no deberá abonar ninguna clase de impuesto. Sin embargo, si el consumidor ya dispone de aparato refrigerante dentro de casa y debe cambiar su recarga por culpa de alguna fuga, el taller que la repare estará obligado a marcar en la factura final la parte correspondiente a la tasa sobre gases fluorados. Si el precio de un kilo de refrigerante se sitúa entorno a los 10 o 20 €, con esta nueva normativa la carga de gas podría aumentar su coste final hasta en un 60%.
 

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